El gobernador Gildo Insfrán se convirtió en la pieza clave para la normalización del PJ, después que Cristina Kirchner mandara a La Cámpora a lanzar el operativo clamor para darle la conducción partidaria.
Al cierre de esta nota, el mandatario formoseño, que a su vez preside el Congreso del PJ, tenía agendadas dos reuniones para este lunes: una con la ex Presidenta y otra con la CGT. Fuentes sindicales dijeron a LPO que la central obrera le pediría a Insfrán que no apoye ni a Cristina ni a su par riojano, Ricardo Quintela.
En Formosa, apuntaron que Insfrán cumpliría con la formalidad de convocar a elecciones internas si Quintela y Cristina no llegaran a un acuerdo o comunicaría la existencia de una lista de unidad, si se produjera. «Le toca un rol institucional», se limitaron a decir desde el norte argentino.
Lo curioso es que, a tres días de la campaña tuitera de La Cámpora, ningún gobernador manifestó su apoyo a la ex Presidenta, pero tampoco al riojano. «Saben que si salen a bancar a Quintela, van a quedar colgados del pincel y eligen alambrar el territorio propio», dijeron a LPO desde el peronismo.
Un ministro bonaerense habló con un ex ministro de Cristina en las últimas horas y comentó que no hay línea de comunicación abierta por este tema entre Axel Kicillof y La Cámpora. Desde La Plata, de hecho, dijeron a LPO que se enteraron del pedido para postular a la ex Presidenta por Twitter. «No es un reproche, es un dato de la realidad», aclararon.
Fuentes sindicales dijeron a LPO que la central obrera le pediría a Insfrán que no apoye ni a Cristina ni a su par riojano, Ricardo Quintela.
Desde el jueves pasado hasta este domingo, respaldaron la movida de Wado de Pedro los jefes de 12 municipios, entre los que se contaban Mayra Mendoza, Julián Álvarez, Damián Selci, Juan Ustarroz y Federico Otermín, pero guardaron estratégico silencio Mario Ishii, Leo Nardini, Julio Zamora, Alberto Descalzo, Mariano Cascallares, Jorge Ferraresi, Juan José Mussi, Mario Secco, Fernando Espinosa y Mariano Cascallares, entre otros pesos pesado del peronismo bonaerense.
Cristina Kirchner saluda desde el balcón del Instituto Patria el día de la marcha de las universidades.
Cerca de Máximo Kirchner, indicaron que los intendentes massistas «no se pronunciaron pero tampoco tienen por qué hacerlo», y agregaron que entre los que no postearon su adhesión en redes hay aliados como Lucas Ghi, cuyo apoyo descuentan.
En un despacho del Congreso, deslizaron ante LPO que la jugada del lanzamiento por la red de Elon Musk no fue con acuerdo de Insfrán. «Lo cerraron entre Wado y Mayans», precisaron, y agregaron que la negociación incluye «una lista de jueces a acordar» con el gobierno.
LPO informó este sábado que un importante juez de Comodoro Py considera que «a Cristina le vendieron que (Ricardo) Lorenzetti y (Ariel) Lijo en la Corte, más Mariano Borinsky en la Procuración, le resolvían su suerte judicial». Ante la imposibilidad de cambiar la composición de la Corte Suprema antes que vencieran los mandatos de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, la ex Presidenta apuró su desembarco en el PJ, para acumular poder, conservar la lapicera y candidatearse el año próximo, interpretan en tribunales.
La lectura coincide entre los dirigentes de La Patria es el Otro, el armado de Andrés Cuervo Larroque, y sectores del kirchnerismo que se fueron alejando en los últimos años de la órbita de Cristina, como la CTA y los movimientos sociales. «Cristina va a subordinar el PJ a su estrategia judicial, pero el PJ no es el Instituto Patria», dijo un ex funcionario de los gobiernos kirchneristas.
Como sea, los militantes de esas organizaciones siguieron juntando avales para la candidatura de Quintela durante el fin de semana. «El viernes, después de los mensajes por Twitter, la definición fue que continuemos con esa tarea», sostuvo uno de los responsables en el sur del conurbano.
Todo sugiere cierto desconcierto. Una inesperada debilidad del kirchnerismo, pero al mismo tiempo, una impotencia evidente entre los gobernadores e intendentes peronistas. «La descomposición les llegó a todos: ni Cristina puede representar mucho más allá de la agrupación de Máximo ni los gobernadores pueden hacer otra cosa que tratar de administrar sus provincias», resumió un histórico dirigente peronista.
Finalmente trascendió qué hablaron Mauricio Macri y Sandra Pettovello en esos encuentros secretos que tuvieron. Milei se molestó con su ministra favorita al enterarse que buscó reunirse con el ex presidente para pedirle ayuda en las causas judiciales que la atormentan.
Furioso porque apeló a Macri, con quien el gobierno viene librando una tortuosa negociación desde el rechazo a los fondos reservados y ahora la amenaza al veto a las universidades, Milei mandó a Pettovello ordenarse con el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, y el secretario y número dos de la cartera, Sebastián Amerio.
La instrucción del Presidente es para la ministra un incordio. Porque Cúneo Libarona no está firme en su cargo y Amerio responde a Santiago Caputo, con quien mantiene una tensión permanente.
De hecho, LPO reveló que el asesor presidencial especula con que el conflicto universitario escale para que Pettovello se desgaste total y definitivamente. Sin embargo, ya no es un secreto que la funcionaria es quien «armoniza» al Presidente, en sus momentos de mayor fragilidad emocional, y hasta trascendió que su cercanía le otorga el extraño privilegio de alojarse en la residencia presidencial de Olivos de tanto en tanto.
Las crudas internas del gabinete, además, colocaron a Pettovello sistemáticamente en situaciones críticas. LPO publicó una serie de notas sobre las repetidas ocasiones en que la ministra rompió en llanto o aturdió con gritos a sus colaboradores.
Pero más allá del vínculo que la une a Milei, la ministra habría cultivado con Macri un lazo inquietante para la Casa Rosada. LPO informó en agosto que la sintonía fina entre la mujer mileísta y el jefe del PRO es sostenida por el nexo entre ambos: se trata de un operador dentro del ministerio que asesora a Pettovello pero también estuvo en Boca. Su nombre es Alberto Salvo.
Javier Milei sumó a la cada vez mas larga lista de personas a las que les desconfía a Mario y Rodrigo Lugones. El Presidente se queja de la buena relación que Rodrigo Lugones tiene con algunos periodistas importantes. «Nosotros salimos todos empomados menos él», le dijo Milei a Santiago Caputo, socio y amigo del consultor que vive en España. «El habla desde España, pero nosotros estamos acá poniendo el cuerpo», agregó Milei, según reveló a LPO un dirigente al tanto de las conversaciones.
Como suele ocurrir con Milei, el presidente combina en su análisis información, paranoia y bastante envidia. Es verdad que Rodrigo Lugones vive en España, pero el consultor a diferencia de otros libertarios, tenía una vida profesional desarrollada antes que Milei irrumpiera en la política.
De hecho, Rodrigo Lugones era el líder la de consultora Move que integró junto a Santiago Caputo y Guillermo Garat y que trabajó el año pasado con los tres candidatos presidenciales más importantes.
En otra vuelta de tuerca de su paranoia, ahora Milei le pidió a Santiago Caputo que excluya a su amigo Rodrigo del circuito de información de los temas más sensibles del gobierno. Karina ya les había marcado la cancha, cuando mandó a Lule Menem a meterse en Osperera, la megacaja de la obra social de los peones rurales, que venía controlando Mario Lugones.
Con el arribo de Milei a la Presidencia, Lugones acercó a su padre Mario al entonces todopoderoso Nicolás Posse y como asesor de este se quedó con el control de toda el área de Salud, lugar que conservó cuando cayó el jefe de Gabinete, ahora bajo el ala de Santiago Caputo.
Como suele ocurrir con Milei, el presidente combina en su análisis información, paranoia y bastante envidia.
Mario, que tiene una larguisima trayectoria en el sector y es socio del Sanatorio Guemes, estaba muy cómodo mandando desde atrás. Por eso su designación como ministro fue leída más que como un ascenso como un contratiempo. De hecho la cara circunspecta de Lugones el día de su jura, tiene una explicación.
Cuando estalló la crisis con el ex ministro Mario Russo, porque se había aliado con la ministra Sandra Pettovello contra Santiago Caputo y Mario Lugones, el tema terminó en el despacho presidencial y Milei fue terminante: «Que asuma Mario». Milei incluso dijo que si Mario quiere influir en la discusión con Pettovello «que ponga el cuerpo» y Mario aceptó.
Karina Milei estalló este domingo ante una revelación del diario La Nación sobre la existencia de una fundación que la secretaria general de la Presidencia y Santiago Caputo están usando para recaudar dinero de empresarios.
Según el diario de los Saguier, el objetivo del gobierno «es poder atraer a las filas libertarias a empresarios y emprendedores afines a las ideas de Milei, particularmente aquellos vinculados al rubro tecnológico y la inteligencia artificial». Pero no es eso lo que inquieta a la hermana de Milei: lo que encendió luces rojas en la Casa Rosada es la posibilidad que se investigue el circuito de aportes que se hacen a través de ese vehículo.
Sobre todo por un dato exclusivo que pudo confirmar LPO: el sello es manejado por Francisco Caputo, el hermano del asesor estrella de Javier Milei. Francisco Caputo es dos años mayor que su hermano y como el fue al colegio Belgrano, donde compartió clases con otros proto libertarios.
La hermana del Presidente, espantada luego que el tema cobrara estado público, estaría «tratando de tapar el tema como sea», comentó a LPO un dirigente libertario. «Hay que evitar que se investigue», fue la orden que bajó.
Acá hay algo grosso que no estamos viendo.
En el peronismo ya le habían echado un ojo al tema. «Acá hay algo grosso que no estamos viendo», dijo a LPO un diputado peronista.
Para las tareas recaudatorias y el scouting de dirigentes se estarían utilizando unas oficinas pertenecientes a los hermanos Caputo, a metros de la Casa Rosada en la calle Reconquista.
Desde un despacho de la bancada conducida por Martín Menem también confirmaron la existencia del plan y el uso del sello, que según La Nación se llama «Valores» y podría cambiar de nombre próximamente.
El ex presidente Mauricio Macri dijo este domingo que «la UBA enfrenta una crisis de transparencia» porque «desde 2015 no ha presentado ni una sola factura» y «que acá no se está discutiendo la autonomía universitaria». Sin embargo, no dio indicios sobre el apoyo del bloque de PRO al veto de Javier Milei contra la ley que dispuso la ampliación del presupuesto universitario en un 0,14 por ciento del PBI.
A través de un largo posteo de Twitter, Macri negó que se esté «cuestionando el acceso a la universidad ni su funcionamiento». «Lo que realmente está en disputa es ‘la suya’: la parte del presupuesto que se desvía hacia la política», expresó sin referirse a la cruzada del gobierno contra el sistema de educación superior, para martirio de Milei.
El líder del PRO cargó también contra las universidades que se crearon durante los mandatos kirchneristas, y consideró que «la defensa de la universidad pública, su acceso libre, gratuito y democrático, requiere poner fin al uso político de los recursos universitarios».
LPO informó que el asesor Santiago Caputo tuvo que reunirse con Macri ante el peligro de que su tropa parlamentaria abandone a la Casa Rosada en la defensa del veto.
El encuentro se produjo el último jueves, como consecuencia de la foto que el propio Macri divulgó con los seis senadores que le responden en la Cámara Alta. Como reconstruyó LPO, el ex Presidente se quejó delante de los legisladores de que «hace rato que no hay milanesas», en referencia a las reuniones que ambos mantuvieron para acordar el rumbo político hace unos meses.
Mientras Juliana Awada servía el café a los invitados, Macri desgranó su bronca por el incumplimiento de los acuerdos a los que arriba con el primer mandatario, responsabilizando principalmente a Caputo. La postura del jefe partidario, a quien atribuyen la búsqueda de posiciones beneficiosas para sus amigos en el gobierno de Milei, entorpece las negociaciones que emprende el presidente de la bancada PRO en Diputados, Cristian Ritondo, quien junto a Diego Santilli y Alejandro Finocchiaro hacía esfuerzos para que el respaldo al veto no siguiera desflecándose.
En la bilateral con el asesor estrella del primer mandatario, Macri se encargó de listarle uno por uno los trolls libertarios que lo atacan. Caputo fingió que no los conocía y acaso eso haya irritado todavía más al calabrés, que aprovechó también para facturarle la intervención de Karina en la Legislatura porteña. LPO reveló que la secretaria general de la Presidencia partió el bloque de La Libertad Avanza en Perú 160 y puso a Pilar Ramírez, pareja de uno de los financistas de los hermanos Milei, Darío Wasserman, al frente de una reducida bancada para votar contra las iniciativas de Jorge Macri.
Las opiniones sobre el saldo de la cumbre entre Macri y Caputo estaban divididas hasta hoy. De un lado, los que consideraban que había sido positiva y, del otro los que opinaban todo lo contrario.
Las duras críticas de Guillermo Francos y Patricia Bullrich y la posterior respuesta del entornista y ex funcionario de Macri, Fernando De Andreis, confirmarían la lectura del segundo grupo. El tortuoso tuit de este domingo mantiene la intriga y atormenta a Milei.
Mientras que un kilómetro de subte cuesta alrededor de 100 millones de dólares, uno de Metrobús cuesta un millón de dólares. Hasta la finalización de una línea de subte, pueden pasar varias gestiones de gobierno, por eso la inmediatez hace más tentador al Metrobús.
«Sin embargo, el Transmilenio de Bogotá colapsó y la Ciudad comenzó a construir una red de subterráneos. Lima sumó dos líneas y tiene en proceso otras dos, Quito también avanzó con subtes, lo mismo Curitiba y Fortaleza en Brasil. No hace falta ir a China para ver cuál es el sistema de transporte más eficiente», le dijo a LPO Galileo Vidoni, politólogo y especialista en política y planificación del transporte.
Entre 2011 y 2018, San Pablo sumó 27 estaciones nuevas a su red de subte. Entre 2014 y 2017 Santiago de Chile construyó la Línea 6, la más moderna del continente, con estaciones distribuídas al largo de 15 km. Desde 1996 Buenos Aires sumó tan solo 20 kilómetros de subte.
Lima sumó dos líneas y tiene en proceso otras dos, Quito también avanzó con subtes, lo mismo Curitiba y Fortaleza en Brasil. No hace falta ir a China para ver cuál es el sistema de transporte más eficiente.
«Con el argumento de la ‘sábana corta’, la Ciudad no realizó inversión para extender la red, de hecho el nodo Obelisco fue la única obra del segundo período de Rodríguez Larreta», dijo Vidoni.
La línea D modernizó su sistema de señalización.
La Ciudad cerró 2023 con un superávit superior a los 200 mil millones de pesos. «Es extraño que ni una parte de ese dinero haya ido al subte. Buscar argumentos para justificar la falta de obras de subtes es casi una premisa identitaria», planteó Vidoni.
José Barbero, docente e investigador del Instituto del Transporte de la Universidad de San Martín, considera que el sistema de transporte enfrenta un riesgo de sostenibilidad financiera: «Se ha acumulado un atraso tarifario muy grande, que ha llevado a destinar recursos masivos a cubrir el déficit operativo» y no a expandir y mejorar los sistemas de transporte público.
El área metropolitana tiene unos 500 kilómetros de vías férreas en uso, una cantidad mayor que cualquier ciudad del continente. Ese recurso constituye una oportunidad a la hora de mejorar el sistema de transporte.
Barbero cree que es imprescindible contar con un sistema integrado de transporte público en el área metropolitana, por donde 15 millones de habitantes realizan más de 30 millones de viajes diarios. Destaca la densidad de la red de colectivos, que significan el 80% de los viajes en transporte público.
Reclama una «estrategia consensuada entre Ciudad, Provincia y Nación», que piensa que debería contemplar un desarrollo mayor para la red de subtes. «Comparar con los costos del Metrobús debe hacerse con cuidado, atendiendo a la vida útil de los activos y al servicio que prestan a la ciudad. Algunos túneles del subte tienen más de 100 años, y seguirán siendo útiles muchos más. Y los coches tienen una duración mucho mayor que un colectivo. Los subtes son un componente muy conveniente para un transporte urbano sostenible, integrados con otros modos de transporte público y de movilidad activa», dice.
La Ciudad posee un fondo para la expansión de la red de subtes que se compone de la recaudación de peajes y de los impuestos que pagan los frentistas cercanos a las líneas de subte. El fondo no es muy cuantioso, pero permitiría mantener un ritmo de obras.
Por el momento la única novedad del subte es la planificación de la Línea F que busca armar la «ingeniería» para lanzar la licitación el año próximo.
La Ciudad busca quedarse con el MotoGP y abre las puertas a un gran premio de la Fórmula 1 en medio del furor por el bonaerense Franco Colapinto. En 2025 el gobierno invertirá casi 30 millones de dólares en el Autódromo Oscar y Juan Gálvez, pero el proyecto va más allá de las carreras.
Aún quedan algo menos de 18 meses para que el Gálvez obtenga la homologación de grado uno. Es una certificación de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y de motocilismo (FIM). Ese grado le permitiría a la Ciudad albergar carreras de las máximas competiciones: MotoGP y Fórmula 1.
Si bien aún queda mucho camino por delante, la mayor traba es el calendario. Santiago del Estero tiene una fecha de MotoGP en Termas de Río Hondo, que se sostuvo, en parte, por el aporte de Nación durante los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández.
«En 2024 Scioli no atendió el teléfono», dijo una fuente del motociclismo a LPO. Es por eso que Gerardo Zamora se quedó sin gran premio este año. Sin embargo, tras la crisis económica que produjo la ausencia del MotoGP, el gobernador consiguió que el año próximo vuelva a correrse la fecha en Santiago.
El Grupo OSD, liderado por Orly Terranova, es quien maneja el MotoGP que se corre en la Argentina. El llega hasta 2025, pero ya trabaja para renovarlo. Ese movimiento permitiría que la fecha pase a la Ciudad.
Daniel Scioli, ahora como funcionario libertario de Milei, no quiso colaborar con Santiago del Estero para que este año se realice el Moto GP, que tuvo que ser suspendido. Pero el gobernador Gerardo Zamora consiguió que en el 2025 vuelva a Termas de Río Hondo.
«Si la fecha se pierde, después puede ser muy complejo conseguir otra. Es lo que le ocurrió a Córdoba con el WRC. Ahora el rally se lo quedó Chile», dijo Terranova a LPO.
Además de las obras en el Gálvez, hay otra cuestión que podría abrir una negociación para traer un gran premio a la Argentina: la Fórmula 1 compró el MotoGP, por eso hay buena interlocución con las autoridades de la F1.
¿Cuánto cuesta albergar un gran premio? Los países petroleros como Barhein o Arabia Saudita, pagan cerca de 50 millones de dólares por las carreras nocturnas. En Europa cuestan entre 20 y 25 millones. Traer una carrera a la Argentina podría costar entre 35 y 40 millones de dólares.
El italiano Marco Bezzecchi del equipo Ducati Mooney VR46 Racing, ganó el último Moto GP que se corrió en la Argentina.
El mayor problema es que tras la fuerte expansión de la F1, las escuderías se niegan a correr más de 24 carreras al año, el máximo estipulado por el contrato.
A pesar de las complicaciones de México y los rumores sobre la salida de Azerbaiyán del circuito internacional, por el momento se espera que en 2026 no haya cambios en el itinerario de la F1.
En los últimos meses Colapinto generó un resurgimiento de la Fórmula 1 en la Argentina, que hasta provocó comentarios del vocero presidencial Manuel Adorni. Una gran inversión de Globant hizo que el pilarense pudiera subirse a un Williams, pero su supervivencia en la máxima categoría es una incógnita.
¿Cuánto cuesta albergar un gran premio? Los países petroleros como Barhein o Arabia Saudita, pagan cerca de 50 millones de dólares por las carreras nocturnas. En Europa cuestan entre 20 y 25 millones. Traer una carrera a la Argentina podría costar entre 35 y 40 millones de dólares.
«Una alternativa es que compita en la WEC hasta que se abra una plaza en la Fórmula 1. Son pruebas de resistencia, carreras largas. Pechito López corrió hace pocos años», explicaron a LPO.
Quien espera que vuelva a correrse la Fórmula 1 en la Argentina es Marcos Galperín, otro de los benefactores de Colapinto, aunque su inversión más modesta que la de Martín Migoya y Guibert Englebienne.
El CEO de Mercado Libre podría ser uno de los sponsors del gran premio. Las reglas de la FIA solo permiten main sponsors para todo el calendario, pero Galperín podría convertirse en «naming sponsor» por cifras mucho más modestas que las aportadas por Aramco o AWS, Amazon Web Services, competidora de Mercado Libre en varias latitudes. De todas formas, ser naming sponsor de un gran premio tampoco es barato.
El jefe de Gobierno, Jorge Macri.
Más allá de las motos y los fórmula uno, Jorge Macri quiere concretar el viejo proyecto de que la zona se convierta en un gran polo automotor. En la Ciudad pretendían mudar los negocios de repuestos de la calle Warnes a la zona del autódromo como parte del desarrollo del sur de la Ciudad.
Por el momento, los comerciantes de Warnes no quieren dejar el barrio de Villa Crespo. Las obras hidráulicas y el viaducto del San Martín valorizaron la zona y es posible que haya una gentrificación comercial. Tampoco se descarta que el gobierno ofrezca beneficios económicos por la mudanza como incentivo.
Jorge Macri quiere crear un gran polo automotor en los alrededores del autódromo y hay un viejo proyecto de mudar a esa zona los talleres de Warnes. También se iniciaron conversaciones para atraer a alguna cadena internacional al Hotel Olímpico de la ex villa olímpica de Lugano, que todavía no se inauguró.
Otro proyecto es el desarrollo del Hotel Olímpico, ubicado en la ex Villa Olímpica de los juegos de la juventud. Fueron sondeadas cadenas internacionales, pero las negociaciones más serias para el desarrollo comenzarán una vez que se confirme si Buenos Aires vuelve a ser plaza del automovilismo o del motociclismo.
«El Plan Integral para el Autódromo Oscar y Juan Gálvez proyecta revitalizar y reposicionar el espacio. Entre las principales intervenciones previstas se destacan las obras en ingeniería hidráulica y eléctrica para poner en óptimas condiciones el predio. Además, se impulsa una mejora sustancial en la infraestructura de las cajas y vialidades, obras que se complementarán con la repavimentación de la pista y las readecuaciones en medidas de seguridad. Esta intervención incluye la instalación de nuevos muros, la renovación del alambrado perimetral, la instalación de defensas mediante muñecos de goma y la modernización de los pianos», detalló a LPO un funcionario porteño.
Leandro Santoro viene de una semana movida. Tras la marcha universitaria, discutió con Guillermo Moreno y terminó tildando de «gorila» al ex Secretario de Comercio. Cree que, a diferencia de lo que ocurre en Nación, en la Ciudad hay una demanda popular para que fuerzas como el peronismo, la UCR y la Coalición, se unan para poner fin a 20 años del PRO. «Veo gente que piensa incluso diferente a nosotros en muchos aspectos, que me pide que hagamos algo para construir una alternativa, porque ven que la Ciudad está cada vez peor», dice.
-A casi diez meses de la asunción de Javier Milei, ¿esperaba este nivel de ajuste?
-Esperaba algo muy parecido a lo que estamos viviendo. Milei toma una agenda de la ultraderecha norteamericana y trata de adaptarla a la Argentina. Consigue encontrar en el empleado público, en el beneficiario un plan social o en la política, la construcción de un enemigo perfecto que le permite avanzar con un relato para llevar adelante ese programa de desmantelamiento del Estado.
-¿Cuál sería la agenda de Milei?
-La rebaja de impuestos a los sectores más acomodados, la desregulación de la economía, la reducción de las capacidades del Estado, la mercantilización de la sociedad, el refuerzo de la idea individualista son todas definiciones políticas que lo anteceden a Milei. Son ideas que tienen su origen en la radicalización del partido republicano. En EEUU utilizaron al inmigrante como enemigo, acá eso no es posible y por eso buscaron otro. Y apuntan contra cualquier sujeto que tuviera alguna vinculación el Estado, hasta incluso los jubilados.
-¿Lo sorprende la paciencia de la gente frente a la crisis y a la respuesta del Gobierno?
-No. Me sorprendió el proceso de naturalización que está tratando de llevar adelante un sector de la dirigencia argentina sobre estos fenómenos. Qué la gente aguante me parece razonable porque hay una esperanza puesta en Milei. Qué líderes de opinión formados naturalicen lo que estamos viviendo como si fuese o inevitable, o razonable, sí me sorprendió.
Es deseable que distintas fuerzas converjan, pero las condiciones de posibilidad van a tener que ver con el deterioro de las condiciones socioeconómicas del país. En algún momento de la historia sucederá que la sociedad argentina le reclame a la dirigencia política mayor responsabilidad.
Hablo tanto de periodistas que podrían pensar distinto de como pensamos nosotros, pero que los reconozco como personas de bien y formadas, como también dirigentes políticos que han involucionado en su forma de comunicarse. Tomaron de la ultraderecha la agresión, la chicana. Gente del PRO, inclusive dirigentes peronistas. No voy a dar nombres, pero dirigentes que tenían una actitud mucho más madura mucho más reflexiva que se terminan sumando a una propuesta comunicacional y de construcción de una narrativa política muy irresponsable y muy infantil.
-Desde hace tiempo, pero con más fuerza en los últimos meses, crece la interna entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof. ¿Cómo se para frente a esa pelea?
-La Argentina sale adelante con un gobierno nacional. Lo que tenemos que hacer es sintetizar las diferencias entre sectores políticos que tienen más diferencias que las que pueden llegar a tener Axel y Máximo.
El primer paso sería tener ordenada la propia fuerza. Siempre vamos a bregar porque las internas se minimicen a los efectos de poder tener más capacidad de diálogo y de acuerdo con otros sectores que piensan mucho más diferente a lo que pueda llegar a pensar cualquier compañero.
-¿Lo preocupa entonces la interna peronista?
-Estoy viendo una dinámica de fragmentación del arco político. Hay una lógica centrífuga y nosotros creemos que hay que construir una lógica centrípeta. Hay una lógica a la fragmentación de esos segmentos hacia los extremos. La construcción de un Argentina razonable, es donde se trata de construir desde una mirada racional un punto de acuerdo y de consenso que nuclee distintas miradas de la Argentina y que pueda ponerse de acuerdo en un proyecto de país. No me preocupa del punto de vista que es la dinámica general de la política: lo mismo pasa en el PRO, en la UCR, pasa todos lados. Sí creo que esa dinámica necesita ser modificada si queremos ser un país serio.
-Cuando hablaba de tratar de sintetizar y sumar, ¿se refería a sectores del radicalismo que se están oponiendo al gobierno?
-A todos. Habría que construir un gran consenso sobre un país productivo y humano. Entonces quiénes estén acuerdo con el desarrollo económico, con la justicia social, con la cultura democrática de la convivencia pacífica y quiénes piensen que la Argentina necesita un gran acuerdo público para poder resolver los problemas estructurales que tenemos y alcanzar estándares normales de crecimiento y de equidad, adentro.
Hay unanimidad: la Ciudad está abandonada, sucia. Y hay una percepción de inseguridad que excede al delito. Hay una inseguridad en términos sociales o en términos emocionales muy fuerte, con los alquileres, con la Educación, con la Salud.
Obviamente siempre bajo una premisa fundamental que es respetar los derechos humanos. Hay que entender a los derechos humanos en todas sus dimensiones, no solamente en su primera generación. Debemos garantizar que el Estado no afecte la vida las personas a través de la violencia institucional, garantizar cuidado del medioambiente, la vivienda digna. Los derechos humanos de primera segunda y tercera generación. Quiénes coincidimos con esa mirada, que me parece muy importante para poder unificar un concepto de país, deberíamos tratar de construir una herramienta político electoral.
-En la marcha del miércoles hubo al menos cuatro precandidatos y candidatos presidenciales, Sergio Massa, Juan Grabois, Horacio Rodríguez Larreta y Myriam Bregman. ¿Se imagina a todos esos dirigentes juntos en un espacio?
-Lo deseo, pero no lo veo posible. Me parece que hoy la tendencia es a la fragmentación y a la lógica centrífuga. Lamentablemente, las condiciones de posibilidad van a tener que ver con el deterioro de las condiciones socioeconómicas del país. Probablemente con algún sesgo de mayor autoritarismo de parte del gobierno si insiste con esta lógica de vetos y de ignorar al Congreso. Y seguramente en algún momento de la historia sucederá que la sociedad argentina le reclame a la dirigencia política mayor responsabilidad. Hoy no veo ninguna de estas condiciones dadas de manera nítida. Si las veo en términos de proyección.
-El día de la marcha tuvo un cruce picante con Guillermo Moreno. Moreno tiene un perfil más parecido al de Milei, no en su concepción ideológica sino en sus formas. ¿Es lo que sirve para hacer política en la actualidad?
-Hay un sector de la dirigencia política y lo incluye Moreno, pero que lo excede, que supone que para llegar a la gente hay que ser excesivamente disruptivo y hay que manipular las pasiones tristes de la sociedad. Me refiero a la ira la frustración, el resentimiento.
Yo creo que la dirigencia política tiene que cumplir exactamente la función contraria, que tiene que tratar de transformar esas pasiones tristes en pasiones positivas y que tiene que tratar de transformar esa bronca, esa frustración en esperanza. Además creo que hay tener una actitud humilde, porque este proyecto de papel que uno sueña es muy difícil de construir con un solo liderazgo. El desafío va a ser sintetizar distintas miradas, distintos liderazgos, distintas organizaciones y movimientos, incluso distintas miradas geográficas. Suelo decir que la Argentina tiene una tendencia a pensar todo de la Capital Federal. Y en el país se vive de una manera muy diferente en Santiago el Estero que en San Isidro.
-¿Cómo ve la gestión de Jorge Macri?
-Acá hay unanimidad, Buenos Aires está abandonada. Está sucia. Hay una percepción de inseguridad muy marcada, que excede la inseguridad del delito. Hay una inseguridad en términos sociales o en términos emocionales muy fuerte. Familias que saben que, si mañana no es renuevan el contrato alquiler, va a ser muy difícil conseguir algo medianamente razonable para vivir. Familias que saben que, si mañana no pueden pagar la prepaga o el colegio privado, el sistema público de Salud y Educación está muy estresado. Entonces, tienen temor a que las prestaciones de los servicios elementales para sus hijos se deterioren mucho. Hay una sensación de incertidumbre y el temor que va más allá del tema de la inseguridad por motivos delictivos. Veo al gobierno de la Ciudad ajeno a esta realidad.
Hay un sector de la dirigencia política y lo incluye Moreno, pero que lo excede, que supone que para llegar a la gente hay que ser excesivamente disruptivo y hay que manipular las pasiones tristes de la sociedad. Me refiero a la ira la frustración, el resentimiento.
-¿Qué le hace pensar eso?
-Están haciendo cosas como si estuviéramos en el 2010 donde la situación de la Argentina era completamente diferente. Festivales de comida gourmet. Los ves a Jorge y a Mauricio en una actitud de típica de otro momento de la Argentina. No estoy en contra de que la Ciudad promueva su gastronomía, pero creo que un jefe de gobierno tiene que ser un líder político y social y tiene que interpretar, qué le está pasando a su pueblo.
Yo creo que el sentimiento que predomina en la Ciudad es la incertidumbre y la tristeza y no lo veo a ellos enganchando con ese clima de época.
-Esta semana Matías Lammens, de UxP, presentó en la Legislatura un proyecto junto a Manuela Thourte, de la UCR. Recién habló sobre la posibilidad de que convergieron fuerzas políticas que en los últimos años estuvieron en espacios diferentes. ¿En la Ciudad hay un panorama distinto al de la Nación?
-Es más fácil en la Ciudad que en el resto del país. Probablemente se pueda dar más rápido. Por muchos motivos: porque el PRO va para 20 años de gestión y hay una sensación de hartazgo y de agotamiento. Porque las demandas locales se pueden resolver con políticas que no tan complejas de acordar.
Hay un estado de abandono total de la ciudad y hay un estado desarticulación total del Estado y entonces ahí tenemos partidos de centroderecha que tranquilamente podrían confluir con partidos de centro izquierda en cuestiones como garantizar la limpieza de la Ciudad o mejorar la calidad de Educación Pública.
Me da la sensación de que es más sencillo ponerse de acuerdo en este tipo de cosas para un gobierno local que para construir un proyecto de país donde inevitablemente las miradas tienen que incluir más más aristas y es más complejo el proceso de construcción política.
-¿Esas cuestiones ya se están empezando a plantear o se van a discutir más adelante?
-Para que se dé un acuerdo político en la Nación tiene que haber un montón de elementos y uno de ellos tiene que ser una demanda de la sociedad. Yo hoy no veo, a nivel nacional, una demanda muy visible sobre la necesidad de la construcción de un frente anti Milei que contenga a todos. En la ciudad de Buenos Aires, todo lo contrario. Veo muchas personas que le exigen a los dirigentes de distritos partidos políticos que se pongan de acuerdo para tratar de construir una alternativa más potente contra la derecha en la Ciudad.
Es más sencillo ponerse de acuerdo para un gobierno local que para construir un proyecto de país donde inevitablemente las miradas tienen que incluir más más aristas y es más complejo el proceso de construcción política.
Me doy cuenta de que sucede porque cuando veo reportajes, dirigentes de la UCR, de la Coalición Cívica, de la izquierda o de movimientos sociales de nuestra ciudad, siempre aparece la pregunta. Y siempre aparece la voluntad de deseo de quienes responden de tratar de construir una herramienta de esta naturaleza que logre nuclear a la centro izquierda.
-Los sectores que dicen tener el termómetro del republicanismo plantean un límite: «Con el kirchnerismo no». El kirchnerismo es parte importante de Unión por la Patria. ¿Cómo se hace para avanzar si de entrada está ese límite?
-Tengo una tradición política que me permite tener buen diálogo con todas esas fuerzas y entiendo que ese rol me da una responsabilidad que trato de asumir seriamente. Pero va a depender mucho del clima electoral. Algunos debates los podés dar en momentos no electorales y hay debates que tenés que darlos más cerca de las elecciones. ¿Por qué? Porque los dirigentes tienen más información para tomar decisiones. Hay muchos dirigentes que entienden esta necesidad, pero todavía no tienen la certeza de que su propio electorado se los demande.
-¿Cuándo pueden llegar esas demandas?
-Estos procesos se dan cuando la gente define que se den. La política debe tratar de influir en la opinión pública, pero también escuchar opinión pública, es un proceso de ida y vuelta. Creo que va a existir una demanda fuerte de deponer diferencias y de construir consensos para presentar una alternativa y evitar que un mal gobierno como el de Jorge Macri reelija. En ese escenario, muchos dirigentes que hoy son más reacios a la construcción de una alternativa política que incluya todo el peronismo, van a tener más incentivos para modificar su posición original. Si vos le preguntabas a los radicales en el 2012 o en el 2013, qué opinaban de la posibilidad un acuerdo con Macri, hubiesen dicho que era imposible. Sin embargo, después su propio electorado les exigió que sean parte una alternativa ganadora.
Yo creo que acá se da una situación parecida en términos del agotamiento de la paciencia de un sector del progresismo con la familia Macri. Mucha gente llegó al límite. Veo gente que piensa incluso diferente a nosotros en muchos aspectos, que me pide que hagamos algo para construir una alternativa porque ven que la Ciudad está cada vez peor.
El nuevo ministro de Salud, Mario Lugones, anunció el cierre total del Hospital Laura Bonaparte, el único efector público del país especializado en salud mental y tratamientos de adicciones. Con la medida se informó el despido de 700 trabajadores de la salud y hubo asamblea en la puerta de la institución.
El Hospital Laura Bonaparte lo comenzó a planificar Nicolás Avellaneda como Hospital Militar en 1875 pero recién en 1884, durante el mandato de Julio A. Roca comenzó su construcción y se terminó inaugurando en 1889 en la gestión de Juárez Celman. Una institución emblema del liberalismo que sentó los cimientos de la República.
En 1973 el edificio se recupera tras un tiempo abandonado y se reinaugura como Centro Nacional de Reeducación Social (CENARESO), especializado en salud mental, el único público de su tipo en el país. En 2016 se lo rebautizó como Laura Bonaparte, psicóloga y madre de Plaza de Mayo.
Lo cierto es que a pesar de su historia y en medio del aumento a nivel mundial del consumo de drogas, el gobierno libertario decidió cerrar el Hospital y echar a sus trabajadores, muchos de ellos, profesionales especializados en rehabilitación de adicciones.
Es que el problema del consumo de drogas se extiende en todo el mundo. Estados Unidos atraviesa una crisis profunda por la adicción al fentanilo que destruye el sistema neurológico.
En Argentina, el consumo de drogas ilegales como cocaína va en aumento y en los barrios más humildes creció el uso de derivados más baratos pero que impactan de forma más agresiva en la salud mental de los adictos.
En ese contexto, el gobierno decidió cerrar el único hospital público que atendía las adicciones en particular y la salud mental en general que, después de la pandemia, las afectaciones psicológicas también se han incrementado notablemente.
«Teléfono, señores jueces», dijo Milei, cuando los militantes libertarios que ocupaban una parte del anfiteatro de Parque Lezama empezaron a pedir la prisión para Cristina Kirchner. Fue un giro brutal de aquella promesa de terminar con las persecuciones políticas desde el poder que hizo al asumir la Presidencia.
Apenas una semana después, Cristina Kirchner mandó a La Cámpora a pedir la presidencia del PJ. En el peronismo no pocos ataron la frase de Milei con la filtración de la Sala IV de la Cámara de Casación Penal, anticipando que en los próximos días ratificará la condena de la ex presidenta en la causa Vialidad. Una sucesión de movimientos que en la justicia federal asumen encadenados. De hecho, un importante funcionario de Comodoro Py afirmó a LPO que «la tenaza judicial aceleró los movimientos» de Cristina.
«A Cristina le vendieron que Lorenzetti y Lijo en la Corte, más Mariano Borinsky en la Procuración, le resolvían su suerte judicial», agregó la fuente. Pero, como reveló en exclusiva LPO, los pliegos de Lijo y García Mansilla se congelaron en el Senado cuando Cristina constató que la Casa Rosada no se abría a una negociación amplia y ordenó a los senadores que le responden que no firmaran el dictamen.
Un juez al tanto de las negociaciones explicó que efectivamente había conversaciones entre referentes del cristinismo como Wado de Pedro y Santiago Caputo y que el pacto incluía la incorporación de Lijo y García Mansilla en la Corte y Borinsky -cercano a Daniel Angelici-en la Procuración, más la promesa de ampliar el máximo tribunal y revertir la sentencia de la causa Vialidad después de diciembre.
«El problema es que, como en el intercambio de rehenes, el pago se hace en el momento o la operación se cae porque no hay garantías de que se produzca después», agregó el magistrado.
A Cristina le vendieron que Lorenzetti y Lijo en la Corte, más Mariano Borinsky en la Procuración, le resolvían su suerte judicial.
Pero para eso era necesario asegurarse que Lorenzetti sea el próximo presidente del máximo tribunal. Como reveló el periodista Joaquín Morales Solá en La Nación, Lorenzetti había pretendido que Lijo y García Mansilla firmaran una nota sin fecha, eligiéndolo. Un disparate que desbarató la filtración en el diario de los Saguier.
Para colmo, Mauricio Macri y Victoria Villarruel empezaron a dejar en un lugar muy incómodo a Milei con el rechazo a la postulación de Lijo, mientras el kirchnerismo aparecía como único sostén de la candidatura de un juez que ni siquiera era garantía frente a su jefa.
El juez Lorenzetti con Adorni y Pettovello.
La malaria económica por las políticas del gobierno y la frustración del «plan Lijo» dejaron a Cristina al filo de la ratificación de la sentencia, sin siquiera lograr el apartamiento del camarista Gustavo Hornos, acusado de violación por su ex pareja, que le quiere subir la condena a 10 años. Carlos Berladi, el abogado de Cristina, empujó un pedido de recusación contra Hornos, pero con el pliego de Lijo en el freezer, Borinsky y Diego Barroetaveña -que responde al ex ministro macrista Germán Garavano- denegaron el reclamo.
En el medio, Borinsky había amagado con morigerar la pena y reducirla de 6 años a menos para que luego se pudiera apelar en la Corte y -prometían- recibir un fallo favorable empujado por Lorenzetti. Demasiada fantasía para alguien como Cristina, que sabe cómo se construye y se ejerce el poder.
Es por todo esto que en la Justicia están convencidos que el frente judicial gatilló el apuro de la ex presidenta para ir por el PJ. «Cristina olfateó que Milei ya no está dispuesto a honrar su promesa de no perseguir a nadie y se tienta con recrear el mismo circo judicial que utilizó Macri durante su mandato», afirmó a LPO un importante funcionario judicial.
Cristina olfateó que Milei ya no está dispuesto a honrar su promesa de no perseguir a nadie y se tienta con recrear el mismo circo judicial que utilizó Macri durante su mandato.
Esta lectura no es compartida en el peronismo, donde creen que Cristina avanza o amenaza con avanzar sobre el PJ porque buscar proteger los espacios de poder de La Cámpora. «Ella necesita acelerar la acumulación de poder en el PJ, para retener la lapicera el año que viene, pero se equivocó en dejar que sea Wado el que la postule», afirmó a LPO un diputado peronista.
Pero un senador peronista no descartó que ambas razones expliquen su intento de capturar el PJ. «El objetivo de máxima sería que el peronismo se le subordine y que esa fortaleza le sirva tanto para armar las listas como para demorar el avance judicial y el proyecto de Ficha Limpia», afirmó este senador.
El senador Wado de Pedro.
El proyecto de Ficha Limpia, como anticipó LPO, busca prohibir las candidaturas de las personas condenadas por corrupción en segunda instancia, que es exactamente la situación de Cristina. «Ficha Limpia y la sentencia judicial son las tenazas con que la buscaron agarrar a Cristina para que apoye a Lorenzetti, Lijo y Comodoro Py», opinó un operador judicial.