Karina Milei desistió de la medida cautelar que habilitó la censura previa a los supuestos audios grabados en reuniones privadas en la Casa Rosada, pero mantiene la denuncia penal por el supuesto espionaje y la filtración.
La secretaria general de la Presidencia presentó un escrito a través de su abogado Santiago Viola en el que informa su decisión al polémico juez en lo civil y comercial Patricio Maraniello, que en tiempo récord le había concedido la cautelar.
La hermana presidencial afirmó que la medida cautelar «no fue solicitada como una censura previa», aunque en los hechos eso fue lo que provocó, y aclaró que tampoco la pidió «con fundamento en que pudiese existir algo incriminatorio».
Karina admitió que la difusión de esos audios «no afecta la Seguridad Nacional ni la intimidad familiar», algo que quedaba claro ya con la publicación de un adelanto en los que la funcionaria hablaba de cosas triviales. La duda es por qué entonces en ese momento hubo tanto temor a la aparición de otros audios.
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De todos modos, en el escrito Karina dejó claro que mantiene la denuncia penal que lleva adelante el fiscal federal Carlos Stornelli por el origen ilegal de esos audios. En esa presentación Milei había pedido allanar a periodistas y medios de comunicación.
La defensa de Karina recordó que «ha presentado una denuncia penal con fuertes argumentos a fin de que se investiguen posibles delitos que podrían haber sido la fuente de los audios mencionados en la presentación». Y agrega que a partir de ahora si hay afectación de su derecho a la intimidad la respuesta correrá por la vía penal.
La decisión de Karina también fue interpretada como parte del «giro» del gobierno tras la paliza en las elecciones bonaerenses, marcado por el cambio de tono de su hermano Javier y por el anuncio de un plan platita para jubilados, universidades y discapacitados.
