web analytics

UN REBROTE DE VIOLENCIA EN ROSARIO SE ASOCIA AL CAMBIO DE LIDERAZGO EN BANDAS Y AL OCASO DE LOS MONOS

UN REBROTE DE VIOLENCIA EN ROSARIO SE ASOCIA AL CAMBIO DE LIDERAZGO EN BANDAS Y AL OCASO DE LOS MONOS

Balearon a Dylan Cantero, hijo y sobrino de líderes del grupo que creció con la venta de drogas, y luego hubo dos atentados a tiros. El tiempo de este histórico clan, hoy desmembrado y con conflictos internos, languidece.

Un repentino estallido de violencia en Rosario este lunes, verificado en una secuencia de tres balaceras contra actores conocidos del campo criminal en pocas horas, sugiere el modo en que las organizaciones que operan fuera de la ley se están redesplegando. Los que están detrás de los balazos, tirando y recibiendo, son figuras históricas del comercio urbano de drogas. Lo que está asomando, reconocido por el gobierno santafesino, es la definición de nuevos liderazgos, donde rebrota la violencia altamente lesiva contenida de manera marcada desde la mitad de 2024 con una baja histórica de homicidios en la ciudad.

Los episodios violentos, en su primer evento y en sus réplicas, hacen eje en Dylan Cantero, de 21 años, hermano menor del líder de la banda de Los Monos Ariel Guille Cantero, e hijo del asesinado anterior comandante del clan, Claudio «Pájaro» Cantero. El secretario de Seguridad de Santa Fe, Omar Pereyra, dijo que la escalada de hechos responde a un reacomodamiento de bandas que venden drogas en el mercado urbano de Rosario y aparición de nuevos liderazgos.

En estos cambios la novedad que parece afianzarse es que Los Monos, sometidos a una diáspora interna donde el clan original de la familia Cantero se fragmentó en partes incluso difíciles de reconocer, pierde supremacía y sus miembros retroceden. La organización familiar de la zona sur rosarina, que se expandió territorialmente y construyó poder económico a partir del narcomenudeo desde 2004 hasta 2013 como líderes natos del negocio criminal, es blanco de ataques letales.

El 1º de octubre de 2024 mataron de 16 balazos a Samuel Medina (25), Gordo Samu, yerno del líder de Los Monos Ariel «Guille» Cantero. En enero acribillaron a Mario Fernández (42), o Marito Pino, en barrio Las Flores, ligado históricamente a los Cantero. En abril fue asesinado Juan Maximiliano «Chicha» Ferreyra (45) en zona sur que era ladero de Pillín. También Ariel Gustavo Bovio (48) frente al Hospital Español. En agosto asesinaron a Juan Domingo Ramírez (51), un histórico sicario de Los Monos, a quien acribillaron a tiros desde una moto veinte días antes.

Un juicio expone a los nuevos capos de Rosario Central, cambios en la criminalidad de Rosario

«Tras la muerte del Pájaro Cantero a los integrantes más pesados de Los Monos los metían presos. Ahora los están matando. O les están tirando a matar como a Dylan dos veces en un mes. Hay una especie de consendo para sacar del camino definitivamente a Los Monos. Y en eso está la gente que hoy tienen la calle», indicó a LPO un investigador histórico de estas tramas.

Los ataques consecutivos de este lunes comenzaron a las 14 cuando en barrio La Granada, en el extremo sur de la ciudad, balearon a Dylan, que acaba de cumplir una condena a tres años de prisión por delitos cometidos como menor, entre ellos tenencia de arma y asociación ilícita. En ese atentado resultaron heridas también dos de sus sobrinas de 12 y 2 años que estaban con Dylan. Este joven está internado en la terapia intensiva del Hospital Clemente Alvarez de Rosario donde hay un cordón de seguridad. Ocurre que este joven, referente visible de una facción criminal, fue atacado de un tiro en la pierna hace un mes. Y cuando estuvo internado la fachada de este mismo centro de salud fue baleada.

A las cuatro horas se registró otra balacera con tres heridos que el Ministerio de Seguridad de Santa Fe considera relacionada a la primera ya que los heridos son históricos rivales de Los Monos. Fue a las 18 cuando desde una moto balearon a Rosa Anahí Caminos, su hijo Rubén Caminos y Joana César. Rosa cumple en libertad condena por drogas y es hermana del ex jefe de la barra de Newell’s Roberto «Pimpi» Caminos, asesinado en 2010.

A minutos de este incidente balearon la vivienda de Fernando «Colo» Capeletti, un agente de juego ilegal que trabajó para el empresario Leonardo Peiti y que es señalado como cómplice de Lisandro «Limón» Contreras. Este último está enrolado en La Banda de Los Menores, una facción a la que se ubica detrás del crimen de Andrés «Pillín» Bracamonte, el líder de la barra de Rosario Central asesinado hace un año. Los Menores son enemigos de Los Monos.

El pabellón de los traidores

¿Y quiénes son los que tienen hoy la calle en Rosario? Es prematuro afirmarlo aunque fiscales y equipos del Ministerio de Seguridad del gobierno de Maximiliano Pullaro van advirtiendo los recambios. Un escenario agrupado para conclusiones es lo que pasa en la hinchada de Rosario Central tras el asesinato de Pillín Bracamonte que había sido una persona identificada con la familia Cantero hoy en declive. Asoma un nuevo liderazgo donde está Santino Alvarado, el hijo de Esteban Alvarado, comercializadores de droga y el prófugo Matías Gazzani, de barrio 7 de Septiembre, conductor de la Banda de Los Menores. También militan allí lugartenientes de Fabián «Calavera» Pelozo, un narcotraficante muy violento con conexiones en Buenos Aires, que está actualmente preso.

La marca del narco detrás del asesinato de Pillín, el jefe de la barra de Rosario Central

Voceros penitenciarios, allegados a Los Monos y actores del mundo criminal mencionan al «pabellón de los traidores», en la cárcel de Piñero situada a 15 kilómetros de Rosario, que estarían empujando la limpieza de Los Monos. Aluden a los Riquelme, al Mauri Ayala que se abrió de la familia Cantero, y a Fabio Giménez que era sicario de Guille Cantero pero al que después un enemigo de Los Monos, Esteban Alvarado, usa para concretar la muerte de su ex cómplice Marcelo Fino Ocampo. También a Luis Claudio Lobos, alias Lobito, preso por un homicidio. Afirman que agitan la violencia contra los brazos dispersos en que se dividió la familia Cantero.

«Estos pulsos se juegan en la calle y marcar autoridad significa responder. Hoy la respuesta no tiene el ímpetu que años antes mostraban Los Monos que hoy están diezmados por la cárcel o la muerte. Cuando mataron al Pájaro la monada sembró de cadáveres la ciudad. Acá atacaron dos veces a Dylan Cantero en un mes y aunque hubo réplicas no tuvieron la violencia brutal que los distinguía. Apenas están levantando la guardia lo que también parece sugerir que aquel poder se desdibujó», sostuvo un veterano investigador policial a este medio.

Un funcionario judicial que trabajó con el fuero de menores de Rosario aportó su mirada. «Dylan es un chico que creció marcado por la violencia, mataron a su padre cuando tenía siete años, y aunque es muy joven él mismo es un pistolero a la vieja usanza. Nunca le tuvo miedo a los tiros. En el MPA (fiscalías provinciales) lo investigaron por unos diez homicidios cuando era menor que nunca se probaron. Las opciones evaluadas es que lo quieren matar para liquidar definitivamente a Los Monos porque vino otro grupo a tomar el relevo o que lo quieran sacar a él del medio porque molesta en la calle, o bien las dos cosas juntas».

Los homicidios en Rosario bajaron a un tercio en dos años

El secretario de Seguridad Omar Pereyra dijo que es probable que la seguidilla de balaceras de ayer en Rosario se encuadre «en un contexto de reconfiguración de territorios, bandas y liderazgo». Habló de que en las bandas militan personas «cada vez más jóvenes» lo que contrastó con lo que pasaba en años anteriores, algo discutible ya que el tipo de violencia altamente lesiva que llevó los homicidios a su récord de 290 hechos en 2022 tuvo una marcada incidencia de la vehemencia adolescente implicados en los delitos de sangre. Sostuvo que muchos hechos son mexicaneadas, básicamente robos de saldos de droga entre grupos, lo que alimenta la dinámica de venganzas.

A la fecha, 18 de noviembre, el Observatorio de Seguridad de la provincia de Santa Fe contabiliza 100 homicidios en lo que va del año. Es una marca que sigue notablemente por debajo de los picos que existieron en Rosario que la volvieron un eje de atención internacional. En 2023 la ciudad terminó con 262 homicidios. El 2024 expresó una caída histórica del 65% respecto del año previo con 92 asesinatos. Este año el total anual será más alto pero se espera un registro comparable a los de los primeros años del siglo cuando los números no superaban los 120 hechos.

También es observable que se mantiene el descenso de los hechos con heridos de arma de fuego en Rosario. El promedio antes de 2024, completado el mes de octubre, fue de arriba de los 600 casos. A octubre de 2024 fueron 281. En 2025 al final del mes pasado se habían contabilizado 325 incidentes con baleados.

Fuente: LaPoliticaOnline.com
UN REBROTE DE VIOLENCIA EN ROSARIO SE ASOCIA AL CAMBIO DE LIDERAZGO EN BANDAS Y AL OCASO DE LOS MONOS