«La relación con (Juan) Schiaretti no terminó bien. Y para (Alejandra) Vigo, la presencia de De la Sota siempre fue una molestia». La frase la soltó la semana pasada una persona del entorno de Natalia de la Sota, la hija del exgobernador y actual diputada nacional que debe renovar mandato el año próximo. Luego de que ambas, tanto ella como Vigo, llegaran al Congreso en el 2021 con una campaña que estaba enfocada en «ellas», tal era el slogan del oficialismo cordobés.
Hoy, tres años después la situación cambió. El vínculo entre la esposa de Schiaretti y la hija de De la Sota es uno de los temas de tensión en el peronismo cordobés. Y así como hay algunos que sostienen que la integrante de la Cámara baja se volvió «incontrolable» para el cordobesismo, también están otros que aseguran que debe ser incluida y no marginada. Como ocurrió, por ejemplo, en el último acto por el Día de la Lealtad, donde aseguran en el delasotismo que no fue participada para asistir a la reunión encabezada por Llaryora, Vigo y el intendente Daniel Passerini.
«Ella entiende el zigzagueo de Llaryora porque tiene que gestionar y la relación con Nación debe existir en el marco de la institucionalidad, pero no pretendan que ella salga a alinearse con gestos porque ve cómo este Gobierno nacional daña todo lo posible a las clases más populares», sostienen en el delasotismo. Para ratificar, no sólo la manera en la que vota en el Congreso, sino también lo que manifiesta de manera pública en notas y redes sociales.
Esto último es lo que abre una tensión con el schiarettismo duro en Diputados y repercute en el entorno del exgobernador. Además de socio fundador de este modelo en Córdoba junto a José Manuel de la Sota.
Natalia de la Sota debe renovar su mandato en la Cámara baja el año próximo y su objetivo es continuar. Algo que no está en los planes de muchos dentro del oficialismo cordobés. Sin embargo, en el delasotismo filtraron que, previo a lo que fue la fallida interna del PJ nacional, recibió llamados de ambos campamentos. Tanto del entorno de Cristina Kirchner como del riojano Ricardo Quintela.
«Del lado de Cristina la llamó Anabel Fernández Sagasti y por parte de Quintela, Gerardo Martínez. A los dos les dijo lo mismo: que entendía que era una disputa del peronismo bonaerense», dicen en el delasotismo y destacan, además, las conversaciones que también mantiene con Sergio Massa y con el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof.
En el caso del excandidato a presidente, algunos en Córdoba dijeron que existieron reuniones; sin embargo, esto fue descartado por el entorno de la diputada. «Con Sergio habla siempre, pero todavía no se juntaron», dicen y destacan que subió el perfil dentro de la Cámara al votar en contra del peronismo de Córdoba. «Se desmarcó y eso se notó», sostienen.
Para el año próximo, el kirchnerismo duro va a presentar en Córdoba un armado en las Legislativas. Lo mismo que, casi con seguridad, hará Massa y ya hay dirigentes en la provincia trabajando para eso. Especialmente al massismo no le desagrada la incorporación de la hija del exgobernador, aunque la propia diputada haya reconocido en conversaciones que ella está dentro del espacio de Llaryora y seguirá ahí. Por ahora.
«Ella sabe que su voz y espacio es Hacemos. Siempre y cuando Hacemos la quiera contener en el mismo esquema. De lo contrario, deberá buscar la continuidad de esa postura en Diputados», avisan.
Es más, mañana habrá un encuentro en Tigre con el intendente Julio Zamora como anfitrión de Schiaretti y Florencio Randazzo. Zamora es uno de los intendentes bonaerenses de buena relación con el exgobernador cordobés y ese desembarco es visto como un desafío, además de un mensaje a Massa; y encuentro del que, lógicamente, Natalia de la Sota no formará parte.
Fuente: LaPoliticaOnline.com