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ÁLVAREZ RIVERO, ULTRACATÓLICA Y SOCIA DEL CLUB DE LA OBRA PÚBLICA

ÁLVAREZ RIVERO, ULTRACATÓLICA Y SOCIA DEL CLUB DE LA OBRA PÚBLICA

La senadora, heredera de la constructora Delta, proveedora del Gobierno provincial y del Procrear, pide motosierra y cuestiona a la Universidad Nacional de Córdoba.

Carmen Álvarez Rivero llegó al Senado como segunda en la lista que lideró Luis Juez en 2023. En aquella elección, el extinto Juntos por el Cambio tuvo una interna sangrienta. Rodrigo de Loredo y Luis Juez chocaron contra Gustavo Santos y Mario Negri. Los primeros iban con el madrinazgo de Patricia Bullrich; Santos y Negri, con el aval de Macri. En la previa, la lista de Juez y De Loredo aparecía como la más floja, e importantes dirigentes esquivaron acompañar a Juez. Incluso Laura Rodríguez Machado, que era senadora, prefirió «asegurarse» la banca en Diputados con la lista de Santos. Así llegó Álvarez Rivero a la lista, y al Congreso.

Integra la alta sociedad cordobesa. Es la séptima hija de la familia ultracatólica de Córdoba dueña de la desarrollista Delta, propietaria del hotel Quinto Centenario y del shopping Nuevocentro. Delta también es uno de los principales socios del club de la obra pública cordobesa, apenas un escalón abajo de Benito Roggio. «Por medio de nuestro grupo de sociedades vinculadas, invertimos en hotelería, centros comerciales (shoppings), concesión de servicios públicos y actividades agrícolas, ganaderas y forestales», dice Delta en su presentación pública.

La sede de Tribunales II, el complejo carcelario de Bouwer, nudos viales, urbanización de villas de emergencia, entre otras obras públicas de envergadura hechas por el Gobierno provincial, fueron levantadas por Delta, la empresa que dirigen los hermanos de la senadora que pide motosierra para Córdoba. Otro orgullo de Delta: el barrio Procrear Liceo, con fondos de la Nación.

Ahora, Delta levanta el nuevo edificio del Poder Judicial de Carlos Paz. Este año le pagaron 124 millones de pesos. El año pasado, facturó 2.430 millones por la misma obra. Y en 2023 fueron 816 millones. Todos los valores son corrientes, sin actualización por inflación.

La bullrichista Álvarez Rivero dijo que «los niños argentinos no tienen derecho a ser curados en el Garrahan»

En 2017 tuvo su primera candidatura: fue candidata a diputada nacional por «Primero la Gente», el partido que fundó su primo y socio político, Sebastián García Díaz. Él fundó «Primero la Gente» para intentar ser intendente de Córdoba. Cuando Juan Schiaretti fue elegido gobernador, lo incorporó a su gabinete: lo designó como secretario de Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico. Tuvo que renunciar, pero en 2013, José Manuel de la Sota lo reincorporó como titular del Consejo para la Planificación Estratégica de la Provincia de Córdoba (COPEC). Ahora, está contratado en el Senado, tarea que combina con la conducción de la agencia de publicidad Oxford, una de las más importantes de Córdoba.

Aunque cursó el secundario en el Colegio Nacional del Monserrat y la carrera de abogacía en la Universidad Nacional de Córdoba, García Díaz es el ideólogo del discurso de Álvarez Rivero en contra de las universidades públicas. La senadora definió a la Universidad Nacional de Córdoba como «una estafa para los cordobeses». En 2010, durante la «gestión kirchnerista» de Carolina Scotto, Delta facturó más de 6 millones de dólares a la UNC por trabajos de infraestructura.

Cuando Álvarez Rivero ingresó a la política, en 2017, no utilizaba el apellido completo de su padre, el reconocido empresario Horacio José Agustín Álvarez Rivero. Por entonces sólo era Carmen Álvarez. Así consta en las actas de la Justicia electoral y en la documentación de la empresa Delta, de la que llegó a ser directora suplente. Vivió en Recoleta durante buena parte de su vida adulta. Fue ama de casa y envió a sus hijos a los mejores colegios porteños. Hace una década, regresó a Córdoba y canalizó el tiempo libre en trabajo social en barrios humildes.

Su hermano es el monseñor Horacio Álvarez, vicario general de Córdoba, mano derecha de Ángel Rossi, el jefe de la iglesia católica mediterránea. Cuando Carmen se postuló para senador, dijo que su objetivo era construir «una mayoría celeste» para derogar la ley de interrupción voluntaria del embarazo. » El aborto no es el fin de quienes lo promueven, es un ingrediente más. Sabemos perfectamente que la eutanasia o hasta la pedofilia en algunos países se conversa como parte de este marco ideológico, y en eso me parece que tenemos que seguir dando batalla», decía en 2021.

De su discurso respecto del Garrahan, la senadora dice ahora que hubo «mala leche». «Se ve que están con miedo a perder las elecciones. Los populistas están reclamando fondos nacionales para el Garrahan. Yo expliqué que la salud es competencia provincial. Y en Córdoba también atendemos a personas de todo el país ¡y no nos dan fondos federales! Entonces, si le van a dar al Garrahan, que le den a Córdoba», dijo.

Fuente: LaPoliticaOnline.com
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