La consultora brasileña Altas Intel publicó una encuesta sobre la opinión de los latinoamericanos respecto de la situación en Venezuela, la ofensiva de Estados Unidos y el futuro del régimen de Nicolás Maduro.
Atlas plantea que en medio del aumento de tropas del Comando Sur de EEUU en el Caribe, el 53% de los latinoamericanos afirma que apoyaría una intervención militar estadounidense para derrocar a Nicolás Maduro y su gobierno. A su vez, entre la diáspora venezolana encuestada en el sondeo de Latinoamérica, el 63% respalda esta acción.
Al preguntarles qué opción tendría más probabilidades de restaurar la democracia, el 41% afirmó que una intervención militar liderada por EEUU tendría muchas probabilidades de éxito, en comparación con las negociaciones diplomáticas (21%), las protestas sociales y las negociaciones políticas entre el gobierno venezolano y otros países (20%), las protestas sociales y las negociaciones políticas dentro de Venezuela (17%) y un golpe militar venezolano (14%), que se ubicó en último lugar, con un 45% que considera que no tiene ninguna probabilidad de éxito.
Entre los siete aspectos de la crisis en Venezuela evaluados en la encuesta, el fraude electoral fue el que generó el mayor porcentaje de preocupación entre los latinoamericanos. El 65% de los latinoamericanos respondió estar «muy preocupado» por el «fraude electoral/elecciones robadas», seguido de la «pobreza y el hambre» (64% – muy preocupado) y la migración masiva (63% – muy preocupado). En una pregunta aparte sobre la integridad electoral, el 72,3% de los latinoamericanos consideró que las elecciones presidenciales venezolanas de 2024 fueron «robadas».
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Por otro lado, una amplia mayoría de los latinoamericanos percibe a Venezuela como una dictadura, y muchos temen que esté en camino de convertirse en un narcoestado. A medida que la retórica del gobierno de Trump, que describe a Venezuela como una narcodictadura, se ha intensificado en las últimas semanas, muchos latinoamericanos parecen compartir estas preocupaciones.
Al preguntarles si Venezuela es una dictadura o una democracia, el 73,2% de los latinoamericanos respondió que es una dictadura. Para completar este panorama, casi el 60% de los latinoamericanos está de acuerdo en que «Venezuela está en proceso de convertirse en un narcoestado», mientras que el 26,7% no está de acuerdo.
En términos de aprobación, medida por la valoración de la imagen positiva y negativa, la líder de la oposición venezolana y reciente ganadora del Premio Nobel de la Paz, María Corina Machado, destaca con una imagen positiva, con un saldo neto de +28 puntos porcentuales, mientras que el actual presidente del país, Nicolás Maduro, se sitúa en el extremo opuesto con -64 puntos porcentuales. En conjunto, mientras que la oposición a Nicolás Maduro goza de una imagen positiva neta de +17 puntos porcentuales, el régimen actual de Maduro registra una imagen negativa neta de -61 puntos porcentuales.
En ese sentido, los latinoamericanos se muestran abrumadoramente a favor de una Venezuela post-Maduro. Según la encuesta, el 73,7% afirma que el país está mejor sin él, y el 55,1% confía en María Corina Machado para liderar la transición a la democracia, frente al 30,7% que no confía y el 14,2% que no está seguro.
Los consultados también perciben un marcado contraste en el compromiso de los líderes mundiales para «llevar la libertad a Venezuela».
En ese aspecto, los líderes de derecha son vistos como más comprometidos que los de izquierda. Trump, Rubio y Milei encabezan ese ranking con el Trump liderando con un aumento neto de 12 puntos porcentuales (39% muy alto, 14% alto, 6% no sabe, 9% bajo, 32% muy bajo), seguido de Rubio y Milei, quien registra un ligero descenso neto de -3 puntos porcentuales.
Donald Trump.
En contraste, Gustavo Petro (-32 puntos porcentuales), Lula (-30 puntos porcentuales), Claudia Sheinbaum (-27 puntos porcentuales), Xi Jinping (-34 puntos porcentuales) y Vladimir Putin (-43 puntos porcentuales) son vistos con mucha menos simpatía, y la mayor parte califica su compromiso como bajo o muy bajo.
La mayoría de los latinoamericanos reportan sentir los efectos del éxodo migratorio venezolano, ya que los ciudadanos huyen de Venezuela a países vecinos. En general, el 58% de los encuestados afirma haber notado cambios en sus propios países debido a la inmigración venezolana, en comparación con el 31% que no los ha notado. El impacto de la inmigración venezolana es especialmente pronunciado en Colombia (77,3%), Chile (79,3%) y en Perú, Ecuador y Bolivia (69,8%).
Por último, la mayoría afirma que el 53% cree que la migración continuará en el futuro cercano, un porcentaje aún mayor (57,3%) piensa que disminuirá si el régimen colapsa. De manera similar, el 82,4% actualmente afirma no tener planes de visitar Venezuela, pero ese porcentaje disminuye en 29,6 puntos porcentuales si el régimen cae.
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Entre los encuestados de la diáspora venezolana, el efecto es aún más marcado con un 90,7% que afirma que consideraría visitar el país si el régimen colapsara.
Existe un amplio consenso regional de que la crisis se debe principalmente a la gobernanza interna más que a la influencia externa. Si bien una menor proporción de latinoamericanos culpa a «las políticas de Estados Unidos» por la crisis humanitaria de Venezuela, una abrumadora mayoría (67,4%) responsabiliza al «régimen autoritario de Nicolás Maduro».



