En plena pulseada electoral en Argentina, el secretario de Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, aseguró que los contribuyentes de su país «no van a perder un centavo» con el salvataje a Javier Milei, insistiendo en que se trata de una «línea de intercambio» y no de un rescate tradicional.
Bessent afirmó que el swap de USD 20.000 millones entre el Tesoro y el Banco Central argentino se aloja dentro del fondo de estabilización cambiaria de EE.UU., el Exchange Stabilization Fund (ESF), que según él «nunca ha registrado una pérdida» y esta vez tampoco lo hará.
También defendió la estrategia en clave geopolítica: EE.UU. está respaldando un aliado en América Latina para «marcar el tono» en la región y evitar que Argentina corra un destino similar al de Venezuela, aludido como «estado fallido» por Bessent.
Para la Argentina, el mensaje tiene un doble velo: por un lado hay auxilio financiero; por otro, hay condicionamientos políticos en la trama.
El reclamo de la oposición en Estados Unidos es que se desconoce el volumen del apoyo y los detalles operativos. «¿Qué pasa si Argentina no cumple los gatillos de reforma o el resultado electoral se le complica?


