El gobierno consiguió el dictamen para suspender las PASO con el apoyo de los gobernadores Martín Llaryora, Raúl Jalil y Gerardo Zamora.
Luego de una agitada jornada en el plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto, el oficialismo se garantizó las 58 firmas con el respaldo de Córdoba, Catamarca y Santiago del Estero, sobre un total de 115. En medio de la desesperación libertaria, Zamora mandó a los diputados Ricardo Daives y José Herrera a firmar un dictamen propio, al que se sumaron los catamerqueños Sebastián Nóblega y Silvana Ginocchio, pareja del gobernador Jalil.
El mandatario catamarqueño formó parte este martes de una reunión con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el ministro de Economía, Luis Caputo, en Casa Rosada. Además de Jalil, participaron del encuentro sus pares Osvaldo Jaldo, Carlos Sadir y Gustavo Sáenz.
Según el tuit de Francos, el objetivo de la cita fue «agilizar el avance de los acuerdos que se firmaron oportunamente sobre las obras previstas en cada provincia». Mientras los mandatarios provinciales y los funcionarios nacionales se tomaban la foto, pasadas las 17, Nóblega llegaba a la sala del Anexo del Congreso donde se desarrollaba la discusión por las primarias.
Llaryora mandó a sus diputados a apoyar la suspensión de las PASO
Nóblega apenas presenció el debate sobre el expediente porque, a los 5 minutos de haberse sentado, se levantó con su teléfono en mano y salió al pasillo. Al regresar, peregrinó hasta el fondo del salón, donde lo esperaban los secretarios parlamentarios del bloque libertario, junto a Gabriel Bornoroni.
Ginocchio siguió la misma ruta a continuación. Ambos rubricaron el dictamen presentado por los santiagueños Daives y Herrera, derribando el cerco que Germán Martínez había levantado para evitar que el bloque de UP se dividiera. «Más no podemos hacer», se le escuchó decir a una de las diputadas kirchneristas más aguerridas.
Como informó LPO, el libertario Gabriel Bornoroni recorría la larga mesa dispuesta en U de ida y vuelta tratando de pescar voluntades para sacar el dictamen. El peronista Martínez apuraba el trámite de la reunión, para no darle tiempo de cabildeo al oficialismo: «Todo el tiempo que estiran es para apretar diputados», dijo el santafecino y desató el abucheo de la tropa de LLA.
Bornoroni finalmente logró que estampen su firma la cordobesa Soledad Carrizo, integrante del bloque radical que lidera Rodrigo De Loredo, y el pichettista Oscar Agost Carreño, ex presidente del PRO en la provincia mediterránea hasta que Mauricio Macri mandó a intervenirlo. «El kirchnerismo produjo el efecto cascada», decían desde el pichettismo para tratar de licuar la ayuda final de Agost Carreño.
Esas explicaciones también se escuchaban en el radicalismo. Ninguna bancada quería pagar el costo de quedar pegada al gobierno pero, al mismo tiempo, también les incomodaba la posibilidad de que faltaran firmas y el expediente no llegara a recinto: en medio del fragor, una diputada de la bancada de Pablo Juliano y Facundo Manes le dijo a un colega suyo de la UCR que se preparara para «bancarse las críticas» si terminaban absteniéndose de firmar con el kirchnerismo.
Una vez que firmaron Carrizo y Agost Carreño, aparecieron también las firmas del mendocino Lisandro Nieri, quien negó hasta el final que fuera a rubricar el dictamen ante insistentes consultas de LPO, y el tucumano Roberto Sánchez. Con eso, el eje Cornejo-De Loredo salvó a Milei de un papelón, apenas con lo justo.
Desde el sector de Cornejo, a quien se atribuyó durante la tarde la resistencia a colaborar con Balcarce 50 para que el Presidente no le copara las listas si se suspendían las PASO, explicaron que al gobierno «le faltó hacer política». «No se sentaron a hablar con nosotros, se pensaron que contaban con nosotros sin hablar», argumentaron.
Fuente: LaPoliticaOnline.com