Entre los senadores aliados se encendieron las alarmas después que trascendiera que Victoria Villarruel habría mantenido contactos con emisarios del peronismo para organizar la sesión preparatoria del próximo 24 de febrero, cuando deberán volver a votarse las autoridades de la casa y se reparta el poder de cada fuerza política en las secretarías administrativa y parlamentaria.
El temor de los legisladores más cercanos al oficialismo es que la Vicepresidenta termine desplazándolos, en medio de su repliegue frente al asedio de la Casa Rosada, que la ataca sistemáticamente y la considera fuera del gobierno. La lectura del villarruelismo es que la mayoría de 39 antikirchneristas que le armó el salteño Juan Carlos Romero en diciembre de 2023 está trizada y necesita reconfigurarla.
Una senadora del PRO le explicó a LPO que «Villarruel quedó muy golpeada después de los últimos embates de Javier Milei». «Ella no quiere desafiarlo pero tampoco puede perder el control del Senado», presumió.
Por eso, la Vicepresidenta explora la posibilidad de recostarse en el peronismo para aguantar lo que resta del mandato. Desde un despacho afín a La Libertad Avanza (LLA) dijeron que «Villarruel se excusa en que los kirchneristas quieren un lugar y está tentada de entregar cargos para salvarse, frente a los nuevos ataques del gobierno».
Villarruel mete incondicionales en el Senado para resistir un año de hielo de Milei
En las últimas semanas se frustró el golpe que aliados y opositores en la Cámara Alta venían pergeñando para desplazar al libertario Bartolomé Abdala de la presidencia provisional. El escándalo del caso Kueider detonó esa operación que tramaban entre legisladores y gobernadores de Juntos y el PJ y, finalmente, el senador puntano logró que le garantizaran su permanencia en la línea de sucesión.
Los aspirantes a correrlo iban desde Romero, que negaba cualquier anhelo al respecto, hasta el cordobés Luis Juez, cuya suerte declinó cuando se supo que vacacionaba en Aruba por una revelación exclusiva de LPO. Al desbaratarse la maniobra, también se disolvió la posibilidad de que Karina Milei y Santiago Caputo martirizaran a la Vice poniendo a un hombre cercano al Presidente.
Romero y Abdala, en comisión.
En ese contexto, Villarruel podría convertirse en un objetivo a custodiar por el peronismo. «Siempre y cuando no complique el armado territorial de Villarruel con el (Francisco) Paoltroni», deslizaron cerca de un gobernador, y agregaron: «A todos los oficialismos les va a convenir tener un mileísmo quebrado en los territorios, por un lado Karina y por el otro Victoria con sus armadores».
Fuentes legislativas indicaron a LPO que la Vicepresidenta aceptaría negociar un lugar en la prosecretaría administrativa, la parlamentaria o la coordinación operativa con el interbloque de UP, liderado por José Mayans. Las primeras dos están ocupadas por Lucas Clark y Dolores Martínez, identificados con la UCR, mientras que la tercera es gestionada por Manuel Chavarría, mano derecha de Romero.
La secretaría administrativa quedará vacante el 24, porque se materializaría la renuncia de María Laura Izzo, disconforme con el manejo de la Cámara Alta que tuvo la Vice. En su lugar, Villarruel pondría a Emilio Viramonte, cónsul honorario de Suecia en Córdoba y hombre su confianza.
En tanto, la secretaría parlamentaria seguiría en manos de Agustín Giustinian, con lazos de pertenencia al PRO pero consustanciado con los libertarios.
Aunque la discusión sobre ese reparto mantiene en vilo a las distintas bancadas, desde la oficina de la Vicepresidenta optaron por no responder a las consultas de LPO. «Ella sabe que el peronismo va a tener 34 bancas y que los aliados ven que ella ya no tiene capacidad de resolver sus demandas», comentó un opositor en los pasillos del Congreso.
Fuente: LaPoliticaOnline.com
