Si se sigue la lógica con la que razonan cerca del gobernador Martín Llaryora, aquella que señala que el 2025 debe ser una especie de tamiz para definir los candidatos a la intendencia cordobesa en 2027, Natalia de la Sota entrará en ese lote. La hija del exgobernador y actual diputada nacional movió una serie de fichas en ese sentido en los últimos días: la primera, avisar que quiere seguir integrando la Cámara baja; la segunda, culminar el año con su habitual acto de balance, en un sindicato, con críticas al Gobierno de Javier Milei y en pleno microcentro cordobés.
La actual integrante del bloque que preside Miguel Pichetto es una de las peronistas que cumplen mandato en la Cámara baja en diciembre del año próximo y ya blanqueó que quiere continuar en el recinto. En un mensaje que sonó más a un aviso hacia adentro del PJ cordobés que en un tiro por elevación a la oposición.
Se sabe, la hija del exgobernador José Manuel de la Sota no atraviesa un buen momento en su relación con quien fuera el socio de su padre, el también ex mandatario provincial Juan Schiaretti. Ni con la esposa de este, la senadora Alejandra Vigo.
Según cuentan por lo bajo los schiarettistas, y aquellos que hablan seguido con esa porción fundadora del cordobesismo, la postura de Natalia de la Sota le generó varios dolores de cabeza al exgobernador. Y fueron motivo, también, de varias conversaciones entre las espadas del schiarettismo y el llaryorismo en la Cámara baja. «Está incontrolable», llegaron a confiar a LPO en algún momento de negociación tensa y poroteo arriesgado del oficialismo libertario para sacar una ley a lo largo del 2024.
Llaryora suma señales para diferenciarse de Schiaretti
Sin embargo, a pesar de esas fricciones, desde El Panal y antes de fin de año también una fuente importante reconoció que la hija del exgobernador estaba «contenida» por el frente que ahora lidera Llaryora. «Está con nosotros y va a jugar acá. De eso no tenemos dudas», dijo un funcionario de diálogo asiduo con el primer mandatario provincial.
Casi como para alejar algún canto de sirenas que llegó a provenir en algún momento del massismo para tratar de sumar a algún apellido de fuste de cara a las Legislativas 2025.
El lunes por la noche, De la Sota encabezó el acto de cierre de año de su espacio en el Sindicato de Canillitas, gremio afín a las distintas gestiones de su padre -de allí salió un ministro de Trabajo en la administración delasotista-, y después de un video en que resumió el primer año de Milei, la diputada disparó: «vemos un gobierno que celebra el déficit cero mientras nuestros jubilados tienen que elegir entre comer o comprar medicamentos».
«Mientras las pymes, que son el motor de nuestra economía, se asfixian. Mientras las provincias quedan abandonadas, sin inversión, sin apoyo, desfinanciadas, sin los recursos que les corresponden por el enorme aporte que ellas hacen a las arcas del Estado nacional», agregó.
Frente al complejo panorama que tiene el llaryorismo para armar la boleta 2025, con un Schiaretti cada vez más esquivo a ser candidato, con números que favorecen al mundo libertario, cerca de Llaryora ensayan alquimias. Mientras, el schiarettismo quiere tener también injerencia en la lapicera de las listas.
Cerca de Llaryora creen que se puede repetir la receta del 2017: en aquel momento, Llaryora era el vicegobernador y fue candidato a diputado en una lista que perdió, y por mucho, frente al armado de Cambiemos que comandaba Héctor Baldassi. Sin embargo, al actual gobernador le sirvió para posicionarse y dos años más tarde fue intendente.
Es por eso por lo que ahora apelan a una estrategia similar y suenan nombres a diputados nacionales como los del ministro de Gobierno, Manuel Calvo; el jefe del bloque oficialista en la Unicameral, Miguel Siciliano; y el actual parlamentario ultra llaryorista, Ignacio García Aresca. Cualquiera puede desembarcar en la intendencia; pero cierto es que no todos provocan lo mismo en el schiarettismo. Desde el entorno del exgobernador y de Vigo bloquean algunos de estos nombres para suceder al actual intendente Daniel Passerini.
Misma suerte que corre, por ahora, para la diputada De la Sota.
Todas discusiones que ya repercuten en la diaria del peronismo cordobés, en los recintos de la Unicameral y del Concejo Deliberante, donde hay alfiles que responden a Schiaretti, a Llaryora y a la propia De la Sota. Y donde los números ajustados, sobre todo en la Legislatura provincial, obligan a blindar el espacio y no rasparse el auto antes de tiempo.
Fuente: LaPoliticaOnline.com