El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ya abrió un conflicto con la región. Su amenaza de retomar el control de Panamá activó el pronunciamiento de una impresionante lista de más de 200 personalidades políticas de la región que rechazaron la posibilidad que se avance sobre la soberanía del país centroamericano.
Como anticipó LPO, la Celac condenó la semana pasada las amenazas de Trump, pero no pudo sacar comunicado por la única resistencia del gobierno de Milei que priorizó la relación con Washington.
Como suele suceder en la diplomacia cuando por motivos de realpolitik se quiere evitar un choque directo, se apela a algún organismo no oficial para sentar posición. En esta ocasión, la condena al republicano surgió de la Mesa de Reflexión Latinoamericana integrada por destacadas personalidades políticas de la región, como el ex presidente de Panamá, Martín Torrijos; el ex canciller del Uruguay y expresidente del BID, Enrique Iglesias; el ex canciller de Chile y extitular de la OEA, José Insulza; el ex canciller de Brasil, Celso Lafer y los ex cancilleres argentinos, Felipe Solá y Jorge Taiana; entre más de 200 firmas destacadas.
El texto plantea que «la base fundamental de la convivencia americana ha sido, es y debe ser el respeto a los Tratados y al Derecho Internacional. Fue en el marco de la Organización de Estados Americanos, que tanto Panamá como los Estados Unidos decidieron resolver las diferencias históricas sobre el canal de Panamá, mediante negociaciones pacíficas».
En ese sentido, remarca que «los Tratados Torrijos-Carter se firmaron en 1977, como resultado de la incansable lucha del pueblo panameño; y su implementación y cumplimiento fueron respetados por sucesivas administraciones norteamericanas. Constituyeron el fundamento por el cual Panamá alcanzó su plena soberanía sobre el Canal y todo su territorio. Estos tratados se convirtieron en la base de nuevas relaciones respetuosas y constructivas en el continente».
«Panamá ha demostrado absoluta capacidad en la gestión del canal y responsabilidad en el respeto a la neutralidad de la vía interoceánica. Después de asumir la administración del Canal en 1999 y actuando con responsabilidad para con el comercio mundial, Panamá llevó adelante su ampliación (2006-2016), mediante la construcción de un tercer juego de esclusas que permite ahora el tránsito de buques de mayor calado y duplica su capacidad de carga. Estados Unidos, principal usuario de esa vía, lo sabe», agrega el texto.
«Han pasado 25 años y más de 350,000 tránsitos por el Canal bajo administración panameña. Panamá ha mantenido un canal seguro, eficiente y abierto a todas las naciones del mundo con absoluta igualdad y sin discriminación alguna, ni reclamos por parte de los usuarios», continúa el texto.
Esa imparcialidad es precisamente la base del enojo de Trump que sostiene que el Canal en los hechos es aprovechado por China, algo bastante lógico por el nivel de comercio global de la potencia asiática. La ofensiva sobre el Canal de Panamá es parte de la nueva retórica expansionista de Trump que además incluye anexar Canadá, comprar Groelandia y la posibilidad de intervenir militarmente en México para combatir a los carteles.
Gana fuerza Mike Waltz, el asesor clave detrás del discurso expansionista de Trump
Como reveló LPO, este nuevo expansionismo norteamericano tiene entre sus ideólogos al flamante secretario de Seguridad Nacional, Mike Waltz. Según esta nueva teoría que tiene su origen en el equipo de Waltz, China y Rusia han ampliado sus áreas de influencia en las últimas décadas mientras Estados Unidos se dedicó a guerras perdidas como la de Afganistán o a defender a Europa. Bajo este entendimiento, Washington debe recuperar esa vocación intervencionista si quiere competir abiertamente contra sus adversarios.
Waltz, excongresista de Florida, tiene fuerte respaldo de James Blair, próximo director de Política de la Casa Blanca y fue miembro de los Comités de Servicios Armados, Inteligencia y Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes. Además, fue asesor de los exsecretarios de Defensa republicanos Donald Rumsfeld y Robert Gates.
«Sería impensable e inaceptable que la amenaza y la coerción se puedan convertir en nuevos instrumentos de la política exterior de los Estados Unidos hacia América Latina y el Caribe. Enunciarlo así rememora la denominada Doctrina Monroe y advierte sobre el afán de algunos por revivirla», advierte el texto de la Mesa de Reflexión latinoamericana.
Por último sostiene que «es irresponsable que, después del éxito de la firma y cumplimiento de los Tratados Torrijos-Carter, el presidente Donald Trump pretenda situar el Canal de Panamá en una disputa geopolítica con China o que se utilicen argumentos en tal sentido que desconozcan la soberanía titular de Panamá sobre el Canal y su territorio».
La Mesa de Reflexión Latinoamericana se define como una red donde convergen análisis y propuestas para mejorar el diálogo interno regional. En diálogo con LPO, el ex canciller Felipe Solá explico que ese grupo «se especializa en estar atento a las relaciones entre Estados Unidos y los países de Latinoamérica».
«Hay dos antecedentes importantes de esta mesa: se pronunció en contra de que el presidente del BID fuera norteamericano cuando Trump impuso a Maurice Claver Carone y la segunda vez que esta mesa fue importante fue cuando denunció el no cumplimiento del cierre de la base de la cárcel de Guantánamo por parte de Biden».
Solá explicó que uno de los logros del documento fue conseguir «la adhesión del ex presidente de Panamá, Martín Torrijos» y lograr que el mismo tuviera «amplia representación geográfica y pluralismo político». Para conseguir eso, quienes movilizaron el texto dejaron claro desde el principio que «solamente se iba a hablar de la cuestión del Canal de Panamá, no nos íbamos a desviar a otras cuestiones», reveló Solá.
Fuente: LaPoliticaOnline.com