Donald Trump y Vladimir Putin se reunieron este viernes en Alaska, en un encuentro clave para definir el futuro de la guerra en Ucrania. La cumbre se desarrolló en la Base Conjunta Elmendorf-Richardson y fue el primer viaje del líder de ruso a territorio occidental tras el inicio de la guerra en febrero de 2022.
Al terminar el cara a cara, los mandatarios ofrecieron una conferencia, pero no brindaron detalles sobre las condiciones de un hipotético acuerdo para poner fin al conflicto. Putin se refirió a las condiciones de seguridad para Moscú, mientras Trump vendió que la reunión fue exitosa, si bien después tendría que hacer un llamado al mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, el gran ausente.
Los dos hablaron de la futura cooperación entre sus países. De todas formas, Trump terminó admitiendo que no habían llegado a un acuerdo, aunque había avances. No hubo referencias a los territorios ocupados por Rusia en Ucrania, pero Trump prometió que explicaría lo conversado en Fox News y dejó la puerta abierta a otro encuentro con Putin. «Quizás en Moscú», ironizó el presidente ruso.
El primer contacto de ambos estuvo cargado de gestualidad. Antes de la bilateral, ambos líderes se mostraron sonrientes y conversadores caminando por una alfombra roja, algo que muchos leyeron como una victoria de Rusia tras el aislamiento de los últimos cuatro años. Incluso, consciente de la importancia de esos detalles, Putin decidió subirse a «La Bestia», la limusina de Trump, y fueron juntos a la base.
Junto a Putin, la parte rusa estuvo representada por el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, el asesor presidencial Yuri Ushakov, el ministro de Defensa, Andréi Beloúsov, el ministro de Finanzas, Antón Siluánov, y Kiril Dmítriev, representante especial de la Presidencia rusa para la cooperación económica con países extranjeros.
Mientras que en la comitiva de Estados Unidos secundaron a Trump el secretario de Estado, Marco Rubio. El equipo incluye también a Howard Lutnick, secretario de Comercio, John Ratcliffe, director de la Agencia Central de Inteligencia, y Scott Bessent, secretario del Tesoro.
El objetivo de la reunión es acordar un alto al fuego en el conflicto pero hay muchos puntos pendientes que podría alargar la conversación. Uno determinante es la cesión territorial. Rusia quiere quedarse con todos los territorios ocupados desde la inicio de la guerra, algo que alarma a Ucrania y la OTAN, que han quedaron fuera del debate.
El miércoles se realizó una cumbre virtual de urgencia impulsada por Alemania en la que se le pedió a Trump que no conceda eso, inste a Rusia a aceptar un alto al fuego e incorporar a Zelensky en el próximo encuentro.
El canciller de Putin llegó a la cumbre con Trump con una remera de la Unión Soviética
Zelenski dijo este martes que la reunión entre Putin y Trump puede considerarse como una «victoria personal» del presidente ruso. «En primer lugar, Putin se reunirá en territorio estadounidense, lo que considero una victoria personal para él. En segundo lugar, está saliendo del aislamiento, justo porque se reúne en territorio estadounidense. En tercer lugar, con esta reunión ha pospuesto de alguna manera las sanciones», afirmó.
En esa línea, antes de despegar hacia Alaska, Trump dijo que quiere sellar un alto al fuego en esta reunión y terminaría la reunión de inmediato si Putin no lo acepta.
Sin embargo, la aceptación de una algo fuego tendría que incorporar algún reclamo ruso. Uno de ellos es que Ucrania no se incorpore a la OTAN como miembro pleno, argumento por el que Rusia justificó la invasión de febrero de 2022.
Trump juega una carta clave para este inicio de mandato en Estados Unidos dado que el fin de la guerra en Ucrania es una de las promesas de campaña. Si el líder republicano logra el cese al fuego convocará una cumbre de tres con Zelensky.
