Toto Caputo aprovechó la ley de Presupuesto para colar una jugada que había intentado sin éxito: modificar la Ley de Administración Financiera. Su objetivo es flexibilizar las condiciones para los canjes de deuda, algo que, según sus propias palabras y tal como consta en el texto del proyecto de Presupuesto 2026, parece casi inevitable.
Es que el año que viene la Argentina enfrenta vencimientos en dólares por al menos USD 14.000 millones, casi la totalidad de reservas líquidas que quedan y que en rigor son los fondos del préstamo del FMI. Fondos propios no hay prácticamente nada.
Este miércoles Caputo se declaró encima, cuando al intentar cancherear en una respuesta a la periodista Naza Lomagno, insinuó la posibilidad de un canje de deuda, desenlace que palpita el mercado y que explica la persistente suba del riesgo país, que mide la capacidad de pago de los países.
«En el equipo económico siempre trabajamos pensando en los escenarios no deseados. Esta no es la excepción. No nos agarra de sorpresa. Hace meses que estamos trabajando en diferentes alternativas. Como siempre, solo anunciaremos algo cuando sepamos que está concretado. Pero demás está decirte que vamos a honrar todas las deudas, como lo hemos venido haciendo desde que asumimos, aún con muchos menos recursos que ahora», afirmó.
Buen día. Caputo admitiendo que no están los dólares para vencimientos de deuda en el corto plazo, pero que están trabajando en conseguir financiamiento (¿de dónde?) y que se anunciará cuando esté concretado. https://t.co/QHfPAb5ST6
— Nazarena (@NazaLomagno) September 17, 2025Por eso, preparándose para una renegociación que promete asperezas, Caputo intenta meter mano en el corset que le impuso el ex ministro Martín Guzmán a las nenegociaciones de deuda, que obliga a mejorar -para el país, no para los acreedores- dos de tres condiciones: monto, plazo o tiempo. El proyecto de Presupuesto 2026 que MIlei envió al Congreso, incluye en el artículo 55 la modificación de la la Ley 11.672 , complementaria de Presupuesto, eliminando el artículo 65 de la Ley 24.156 de Administración Financiera.
Ese artículo es el que obliga a que cualquier canje o reestructuración de deuda cumpla al menos dos de estas tres condiciones: reducción del capital, extensión de plazos o baja de tasa de interés. La idea de Caputo es que el Estado pueda realizar canjes con «objetivos de ordenamiento financiero» aunque las condiciones no cumplan necesariamente esas dos de las tres variables exigidas por la norma actual. Es decir, admite la posibilidad de que los canjes sean menos favorables para el país de lo que hoy exige la ley.
El año pasado, Caputo ya intentó en el Presupuesto 2025 modificar ese mismo artículo. Pero al final, el Gobierno retiró el proyecto completo y la jugada se cayó. El antecedente revela que en Economía ven una reestructuración de la deuda como un desenlace más que probable.
Según los datos oficiales, el stock de deuda bruta en agosto de 2025 alcanzó un equivalente de USD 454.230 millones. Sólo en agosto, la deuda aumentó USD 7.004 millones.
La consultora 1816 puso la lupa sobre los compromisos de deuda que se vienen. Sus cálculos muestran que entre septiembre y enero Argentina deberá enfrentar vencimientos por más de USD 6.500 millones en bonos y letras en moneda dura, un monto imposible de cubrir sin financiamiento fresco. Y ahí aparece el problema: con un riesgo país por encima de los 1.200 puntos, salir a buscar plata en el mercado es, en la práctica, imposible.
La deuda, tal como está planteada hoy, es impagable, como anticipó la funcionaria del FMI, Ceyla Pazarbasioglu, directora del Departamento de Estrategia, Política y Revisión, que no casualmente decidió dejar el organismo.
