Caracas estuvo casi paralizada. En la zona este de la ciudad, en el coqueto barrio de Baruta se concentró la caravana opositora liderada María Corina Machado y el candidato a presidente Edmundo González.
La fila de autos se estiró largamente por la avenida Mercedes en una demostración de fuerza que muestra un importante volumen electoral pero que contó con una particularidad: no hubo discursos, ni de María Corina ni de González.
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De todas formas, la oposición cierra una campaña confiada por los números de las encuestas y la posibilidad de un aumento de participación que puede inclinar la balanza. En ambos comandos manejan la información que la participación superaría el 60 por ciento, un número que beneficia más al chavismo.
Del centro de la capital venezolana se movilizó el oficialismo. Con una estructura aceitada y típica de los partidos hegemónicos latinoamericano, Maduro habló ante una multitud vestida de rojo. La caravana ruidosa y con algún cántico que se perdía entre los cerros caraqueños, se concentró en la avenida Bolívar.
A diferencia de sus contrincantes, Maduro dio un largo discurso en donde criticó a Javier Milei y alertó que Venezuela podría convertirse en Argentina si gana la oposición. El líder chavista insistió con que «una victoria de la derecha terminará con un baño de sangre y un gobierno para los gringos».
Maduro recordó que la oposición fue la que pidió las sanciones y volvió a preguntar a la militancia si querían «un presidente títere» y el regreso de las «guarimbas».
«Este pueblo le dice a la derecha extremista y fascista, no te vistas que no vas, el que va es Nicolás, no volverán. Ha sido una campaña heroica. Hemos constituido una nueva mayoría política, cultural y social que se va a expresar el domingo que viene. Hemos unido al chavismo sin una sola fisura. El pueblo bolivariano, educado por Chávez, está unido como una sola fuerza», aseguró.
Hizo un llamado a la oposición «descontenta» y a los empresarios para que se unan al gobierno porque, recordó, han padecido las sanciones al igual que los trabajadores. Mencionó lo que su juicio son logros económicos de su gestión como el abastecimiento de alimentos, estabilización cambiaria, el fin de la hiperinflación y el impulso de 1.300.000 emprendimientos.
«Sólo un presidente bolivariano y chavista, este hombre que está aquí, que es un pueblo y se llama Nicolás Maduro, sólo nosotros garantizamos la paz y estabilidad de este país llamado Venezuela. Sólo nosotros garantizamos el camino del crecimiento», insistió.
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«¿Ustedes quieren que Venezuela se llene de bases militares para la guerra? ¿Un presidente títere que entregue la Guayana Esequiba? Les tengo buenas noticias, eso jamás pasará porque el domingo ganará Venezuela. Les pido el voto por la patria, la verdad, somos el camino correcto, la victoria de la paz, la alegría y el futuro», continuó una y otra vez Maduro.
Maduro cerró su campaña en plena tensión con sus aliados regionales. Además de Lula, el líder venezolano recibió cuestionamientos de Gabriel Boric y Gustavo Petro.
En el chavismo manejan la idea de que la oposición denunciará fraude y amenazó con darles «mano de hierro» si eso ocurre.
Fuente: LaPoliticaOnline.com